MI MAMÁ ME MUERDE

Mi mamá me muerde

Imagen: https://ostiascomopanes.com/2013/

  Estaba visitando aquel colegio, en ese entonces trabajaba como  coach.    Agendé ese lugar para hacer revisión sobre los resultados de un simulacro que los estudiantes de grado 11 habían hecho, con respecto a las Pruebas de Estado. Debí esperar casi media hora que me atendieran. Yo estaba sola en una oficina. Había un silencio sepulcral. Los estudiantes estaban en exámenes de final de periodo. Y escuché un llanto silencioso, venía de la habitación de al lado. No pude evitar asomarme por la ventana, de soslayo. Era una niña, de quizá catorce años, tenía su rostro metido en las manos, estaba sentada, no dejaba de llorar. Tenía la manga de la camisa un poco subida, como para mostrar mejor unas lesiones que tenía en su brazo. Trataba de consolarla un docente, que la llamaba por su nombre:

- Julia, ¿eso sucede siempre?

-          Profe, hubo un tiempo que lo hacía cada rato, de pronto dejaba de hacerlo, pero en esta semana ya se puso peor.

-          ¿Por qué te mordió?

-          No sé qué le pasa a mi mamá, profe, siempre llega a la casa furiosa y empieza a gritarme por todo.

-          Anoche me gritó para que lavara los platos del almuerzo, pero yo estaba estudiando y le dije que esperara. De pronto, sentí que se me acercó con brusquedad y me agarró por el brazo y empezó a morderme muy fuerte. Empezamos a gritarnos y me pegó dizque porque soy atrevida al contestarle.

-          Esta mañana me levanté con los ojos hinchados, me pasé la noche llorando, yo no quiero estar ahí.  Y cuando me vio así empezó a decirme que, si no estaba contenta con la casa, me largara.

-          Julia, ve al baño, lávate la cara, ve a tu salón y empieza a hacer el examen de hoy. Voy a mandar a llamar a tu mamá para que venga…

-          No, no, profe. Si la manda a llamar es peor, en la casa empieza a pegarme. Yo no quiero que venga al colegio.

-          Entonces, niña, qué propones.

-          Nada. Ya esto se me borra y no se nota. Voy al baño, profe. Gracias.

La vi salir, iba despeinada, con su uniforme mal puesto, arrastraba los pies.

O más bien arrastraba el alma. Ella no sabe que los adultos no tienen por qué coger a los niños como saco de boxeo para descargar las frustraciones, la rabia, la falta de dinero, de recursos, las peleas con la pareja, o los regaños de los jefes. A lo mejor Julia se sentirá culpable porque su madre vive estresada.