LITERATURA DEL MODERNISMO EN LATINOAMÉRICA


  1. Literatura del Modernismo en Latinoamérica

Concepto:

Características.
-       El modernismo se caracterizó por una renovación del vocabulario (a menudo lleno de galicismos, es decir, de palabras francesas), del uso continuo de las metáforas y de la versificación que se volvió mucho más audaz:
El modernismo significa la fantasía imaginativa y la fantasía verbal.
-       Significa salvaguardar el recurso a la estilización, a la sublimación.
-       Se refugia en lo exótico, lo onírico, lo legendario.
-       Lucha contra el realismo mercantil de capitalismo.
-       Busca la fantasía como extrañamiento y transfiguración.
-       Infunde a la poesía música, ritmo y asume una posición americanista.
-       El modernismo adsorbe la historia universal y la geografía mundial.
-       Su visión es cosmopolita. Lucha contra el provincialismo.
-       Revalora la instrumentación sensitiva (olores, colores, sonidos).
-       Su arte es verbal y formal. La letra domina sobre la idea.
-       Es aliado al simbolismo y parnasianismo franceses.
-       El modernismo latinoamericano se basó en el simbolismo y el parnasianismo:

Simbolismo: el simbolismo le enseño al modernismo a revalorar la intuición y el intimismo, a descubrir las emociones pero a no “decir” sino “sugerir” por medio de analogías, alegorías y símbolos tomados de la mitología griega, de la edad media europea y de las leyendas escandinavas. Asignaron gran importancia a la armonía del verso, a la asonancia y aliteraciones.

Parnasianismo: esta tendencia poética contagió el afán de renovar la expresión y de  perfeccionar la forma, que debía ser impecable, bella, escultural, de líneas muy puras. Para ello era necesario evitar el sentimentalismo, la nota intima, el desliz emocional. El poeta era un artífice de la palabra, conocedor de todos los recursos de la lengua y el verso.
 AUTORES Y OBRAS DEL MODERNISMO EN LATINOAMÉRICA

Rubén Darío: (1867 - 1916) 
Poeta nicaragüense, máximo exponente
del modernismo literario en lengua española. 
Obras:
-       Azul
-       Prosas profanas
-       Cantos de vida y  esperanza
-       Oda a mitre.











José Asunción Silva: (1865 – 1896) Poeta colombiano.
Nacido en Bogotá. Con Silva empieza la poesía modernista en Colombia.
Su obra es escasa, pero de alto valor lirico por su carácter íntimo, autenticidad
y lenguaje cuidado. Obras: Nocturno, De sobremesa, Gotas amargas.
Obra más conocida:Nocturno.



José martí (cubano, 1853-1895).
Uno de los principales originadores del modernismo hispanoamericano.  
 Obra: Versos sencillos           



   











  Margarita Debayle
Autor: Rubén Darío
  Voz de las cosas
Autor: José Asunción Silva
 Versos sencillos
Autor: José Martí.
Margarita está linda la mar,
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento:

Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita, como tú.

Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.

La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.

Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así. 
Pues se fue la niña bella, 
bajo el cielo y sobre el mar, 
a cortar la blanca estrella 
que la hacía suspirar. 

Y siguió camino arriba, 
por la luna y más allá; 
más lo malo es que ella iba 
sin permiso de papá. 

Cuando estuvo ya de vuelta 
de los parques del Señor, 
se miraba toda envuelta 
en un dulce resplandor. 

Y el rey dijo: «¿Qué te has hecho? 
te he buscado y no te hallé; 
y ¿qué tienes en el pecho 
que encendido se te ve?». 

La princesa no mentía. 
Y así, dijo la verdad: 
«Fui a cortar la estrella mía 
a la azul inmensidad». 

Y el rey clama: «¿No te he dicho 
que el azul no hay que cortar?
¡Qué locura!, ¡Qué capricho!... 
El Señor se va a enojar». 

Y ella dice: «No hubo intento; 
yo me fui no sé por qué. 
Por las olas por el viento 
fui a la estrella y la corté». 

Y el papá dice enojado: 
«Un castigo has de tener: 
vuelve al cielo y lo robado 
vas ahora a devolver». 

La princesa se entristece 
por su dulce flor de luz, 
cuando entonces aparece 
sonriendo el Buen Jesús. 

Y así dice: «En mis campiñas 
esa rosa le ofrecí; 
son mis flores de las niñas 
que al soñar piensan en mí». 

La princesita está bella, 
pues ya tiene el prendedor 
en que lucen, con la estrella, 
verso, perla, pluma y flor. 
¡Si os encerrara yo en mis estrofas,
Frágiles cosas que sonreís,
Pálido lirio que te deshojas,
Rayo de luna sobre el tapiz
De húmedas flores, y verdes hojas
Que al tibio soplo de Mayo abrís,
Si os encerrara yo en mis estrofas,
Pálidas cosas que sonreís!

¡Si aprisionaros pudiera el verso,
Fantasmas grises, cuando pasáis,
Móviles formas del universo,
Sueños confusos, seres que os vais,
Ósculo triste, suave y perverso
Que entre las sombras al alma dais,
Si aprisionaros pudiera el verso
Fantasmas grises, cuando pasáis!

.
Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma.
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.

Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.

Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.

Yo he visto en la noche oscura
Llover sobre mi cabeza
Los rayos de lumbre pura
De la divina belleza.

Alas nacer vi en los hombros
De las mujeres hermosas:
Y salir de los escombros,
Volando las mariposas.

He visto vivir a un hombre
Con el puñal al costado,
Sin decir jamás el nombre
De aquélla que lo ha matado.

Rápida como un reflejo,
Dos veces vi el alma, dos:
Cuando murió el pobre viejo,
Cuando ella me dijo adiós.

Temblé una vez -en la reja,
A la entrada de la viña,-
Cuando la bárbara abeja
Picó en la frente a mi niña.

Gocé una vez, de tal suerte
Que gocé cual nunca: cuando
La sentencia de mi muerte
Leyó el alcalde llorando.

Oigo un suspiro, a través
De las tierras y la mar,
Y no es un suspiro. -es
Que mi hijo va a despertar.

Si dicen que del joyero
Tome la joya mejor,
Tomo a un amigo sincero
Y pongo a un lado el amor.

Yo he Visto al águila herida
Volar al azul sereno,
Y morir en su guarida
La víbora del veneno.

Yo sé bien que cuando el mundo
Cede, lívido, al descanso,
Sobre el silencio profundo
Murmura el arroyo manso.

Yo he puesto la mano osada
De horror y júbilo yerta,
Sobre la estrella apagada
Que cayó frente a mi puerta.

Oculto en mi pecho bravo
La pena que me lo hiere:
El hijo de un pueblo esclavo
Vive por él, calla y muere.

Todo es hermoso y constante,
Todo es música y razón,
Y todo, como el diamante,
Antes que luz es carbón.

Yo sé que el necio se entierra
Con gran lujo y con gran llanto, -
Y que no hay fruta en la tierra
Como la del camposanto.

Callo, y entiendo, y me quito
La pompa del rimador:
Cuelgo de un árbol marchito
Mi muceta de doctor.

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